martes, 27 de julio de 2010

Palabras que nunca hubiésemos querido escribir



Resulta difícil pronunciar palabras de despedida, y más aún, cuando se trata de una persona que llenaba el vacío con su sola presencia. Su sonrisa gigante y su corazón nos daban alegría sin tener que pronunciar palabra.

Que la vida es injusta lo sabemos todos. Que la vida y la muerte van de la mano, también. Pero que se precipite de tal forma… a veces no entra en nuestros planes.

Hoy, y sin todavía creérnoslo, descansa para siempre nuestro hermano Don Manuel Palma. En la tarde de ayer cerró los ojos consciente de que su sueño comenzaba y, sin perder un sólo segundo, se ha ido como siempre lo hacía, dando buenos consejos y ánimos a las personas que quería.

Queremos darte las gracias por haber caminado junto a nosotras, por apoyarnos desde el primer instante en el que nos disteis la oportunidad de ser costaleras de nuestra querida Virgen de Fátima.
Creíste desde el minuto cero en nuestro proyecto y siempre desde el respeto nos diste un lugar privilegiado.
Tus ánimos nos aliviaban el cansancio, tus “Viva la Virgen de Fátima” nos daban la fuerza y el aliento que necesitábamos y tu trabajo constante nos ha servido como ejemplo de una entrega incondicional a lo que amabas.

Te agradecemos el amor que nos has demostrado, la ayuda que nos has prestado, el cariño hacia nosotras y tu labor inquebrantable hacia la advocación mariana de la Virgen de Fátima, a la que has cuidado y mimado con fervor y fe desde el primer día. Todo te parecía poco para tu Virgen bonita.

Ahora sabemos, sin duda alguna, que estás junto a Ella, las puertas del cielo se abren para contar con un nuevo ángel. Serás el encargado de que cada 13 de mayo la Virgen María se sienta venerada, repicarás sin cansancio las campanas celestiales, sacarás en paso de plata a la madre de Dios, velarás por las palomas blancas que acompañan su paso anunciando paz, serás el pastor que rece a sus pies y sobre todo, iluminarás los días más grises con tu imborrable sonrisa, de la cual nos sentimos orgullosas de haber sentido.

Te has ido al cielo, lugar donde habitan las buenas personas que un día nos dejaron, llevándote en tu pecho lo que más quería tu hija, tu mujer y la Virgen de Fátima.

Son palabras que nunca hubiésemos querido escribir, pero nos quedamos con la satisfacción de haberte conocido.

Gracias de todo corazón y allá donde estés nunca dejes de gritar “Viva la Virgen de Fátima”, sabes que nos levanta el corazón.

Tus costaleras hacen esta “levantá” por ti, “AL CIELO”


E.P.D. Don Manuel Palma Valle